2008. Denia-Badajoz (del 19 al 25 de agosto). 7 días, 800 kms

Primer día: Dénia-Muro de Alcoy 
Estimados serendipiteros: me he propuesto cruzar en bicicleta la Península española de Este a Oeste, desde Dénia hasta Badajoz, lo que supone más o menos unos 750 km (800 porque siempre me pierdo). Tras desembarcar el lunes en Dénia procedente de Ibiza, recorrí 69 kilómetros hasta llegar a Muro de Alcoy. La etapa, que duró 3 horas y 24 minutos (a una media de 21,3 km/h), fue dura no tanto por la distancia como por el calor sofocante que hacía. Al menos, al principio tuve viento de popa (culo, cola, como queráis). Muro no es un lugar muy apetecible para visitar, aunque los helados y la horchata de un local que se llama Navarro son deliciosos. También pude comprobar que hay pueblos donde ¡¡se come barato!!: en el chino Nankin me zampé un platazo de fideos chinos fritos con ternera por sólo tres euros. Todos los platos, exquisitos, valían más o menos esa cantidad.
Eso sí: aunque Muro es feo, es muy recomendable visitar la aledaña sierra del Vall de Gallinera, donde el paisaje es precioso y hay unos pueblos hermosos. (Las fotos ya las meteré cuando vuelva). (Por cierto, agradecimientos especiales a Renton, que me da el parte meteorológico a diario; no te olvides llamarme el miércoles, que llego al culo del mundo y seguro que no hay Internet).

Ruta en bici 1340637 - powered by Bikemap 



Segundo día: Muro-Jumilla 
Ante la perspectiva de un tórrido día, inicié la marcha a las siete de la mañana, aún de noche. Fresquito, que se convertía en mucho frío cuando bajaba pendientes, pero que compensaba: si el día anterior bebí cuatro botellas en sólo 68 km, hoy sólo he bebido dos en los 104 kilómetros que he hecho en 5 horas y 10 minutos. El paisaje ha cambiado radicalmente: de los bosques de pinos olorosos de la Vall de Gallinara y de Mariola he pasado a la estepa, seca, árida y agreste. Ha sido horrible el tránsito de las carreteras secundarias a la nacional (necesario) desde Yecla hasta Jumilla, debido al peligroso rebufo de los trailers, que me obligan a sujetar firmemente la bicicleta para que no me tumben. El calor empezó a apretar sobre las 11horas, pero a las 12,30 ya había llegado a Jumilla. A las 16 horas era insoportable estar en la calle. Mañana madrugaré aún más pues el trecho es mayor: 140 kilómetros hasta Robledo.

Ruta en bici 1340641 - powered by Bikemap 




Tercer día: Jumilla- Robledo 
Dura, muy dura esta etapa, en la que he recorrido 137 kilómetros. En vista de lo que me esperaba, inicié el camino muy temprano, a las 5,15 de la madrugada. Era un gustazo correr con Orión a la espalda (Bitelgeuse, Bitelgeuse) y el Carro y su estrella Polar al frente. El amanecer, espectacular, aunque algo cabreado cuando la luz del faro halógeno desfalleció (por sólo tres horas de uso de las pilas. Mal negocio, y peligroso). Lo malo llegó desde Hellín: 21 kilómetros de ascensión continua hasta Pozohondo. Es increíble cómo cuando se llega a una aparente cumbre, aparece detrás otra. Es agotador. Allá arriba, decenas de molinos de viento (modernos) y unas vistas increíbles. Pero el agotamiento, el constipado mal curado, la espalda cargada, una pierna chunga y el trasero hecho polvo hacían mella. A propósito del trasero, unos momentos para nuestro patrocinador:
Los aficionados a la bici estamos acostumbrados a pasar mucho tiempo sobre el sillín. Pero a veces, cuando ese tiempo excede el acostumbrado, las rozaduras dejan nuestros pompis hechos polvo. Por eso os aconsejo la crema para el cambio de pañales de bebés Mutela, que cauteriza y alivia las rozaduras de nuestras posaderas. Serendipity recomienda Mutela. Para un culito sano.
Bien, tras esta breve pausa para la publicidad, continuamos: después de 7 horas y 10 minutos llegué a la Venta Bonanza, a un kilómetro de Robledo, un pueblo de Albacete en medio de la nada y a unos 1.000 metros de altura. En la Venta, alojamiento aceptable y cocina exquisita, especialmente las lentejas. En Robledo, nada de nada, excepto el estanco, una especie de colmado en donde venden desde camisas a cinco euros, a agua y sepias congeladas. Junto a la entrada hay una caja de cartón en cuyo frente han escrito, con caligrafía Rubio, 'Boinas'. Si pasáis por allí, no dudéis en comprar una: las venden al módico precio de 7,60 euros. Un chollo.
Imagen del día: un águila cayendo en picado a por su presa, a sólo 20 metros de mí.

Ruta en bici 1340648 - powered by Bikemap 


Cuarto día: Robledo-Valdepeñas 
Lo primero, responder a una de vuestras preguntas: Sí, sigo aún vivo pese a haber ingerido un platazo de fideos chinos que sólo costaron 3,5 euros. Lo que demuestra que en otros sitios nos toman el pelo con los precios. Otro mundo es posible.
Como esta jornada iba a ser más corta, sólo 96 kilómetros al final (ein?), inicié el trayecto a las 7 de la mañana. Bonito amanecer en un entorno alucinante de campos de trigo recién segados, como rapados, amarillos, cuyo color contrastaba con la tierra parda o rojiza de las zonas en barbecho. Espectacular.
Imagen del día: 20 juguetones conejos corriendo en la misma dirección en uno de esos campos recién segados.
Lástima que el viento fuera en todo momento de cola o de costado, ya que impedía un avance más fluido. El trasero, mejor, gracias a (Publicidad) Mustela, la crema que alivia las rozaduras. Como el día anterior, mucho fresquito hasta las 10 de la mañana, cuando ya me pude quitar el cortavientos. Después, una temperatura agradable, que por estos lares se torna insoportable a partir de las 14 horas.
Llegué tras 4,30 horas de camino, a una media de 21,3 km/h. Hoy, al contrario que ayer, no había grandes elevaciones. He visto otro zorro muerto en la cuneta, amén de un montón de culebras.
Estoy en el Hotel Central, establecimiento muy antiguo que han modernizado, que es muy confortable y cuyos responsables son muy amables. Y esto no es publicidad. Después de más de 400 kilómetros he pasado el ecuador del 'Plan Badajoz'. La jornada de mañana, muy chunga: 147 km, en principio.

Ruta en bici 1340947 - powered by Bikemap 

Quinto día: Valdepeñas-Almadén 
Matador. Me equivoqué cuando leí los mapas en dos sentidos: primero, no eran 142 km los que debía recorrer, sino 168; segundo, el último tramo no era en continuo descenso, sino una especie de motaña rusa de 80 kilómetros, con subidas y bajadas espectaculares, una paliza para las piernas. De hecho, la llegada a Almadén es en una cruel ascensión, que a las 2,45 horas de la tarde se antoja la subida al Calvario. El calor aquí es abrasador. Esto es, sin duda, la parrilla de España. Para mañana repasaré de nuevo los mapas, no quiero que se repita lo de hoy.

Ruta en bici 1340952 - powered by Bikemap 


Salí a las 5 de la mañana, menos mal, lo que me permitió hacer rápido la parte más fácil, en llano. Después de Almodóvar del Campo me metí por una carretera que llevaba a Navacerrada, un pueblecito al que llegué con los bidones vacíos. Al preguntar allí dónde podía comprar una botella de agua, me miraron raro: "Aquí esas cosas no se compran porque si algo tenemos bueno es el agua. Sale del pilar [la fuente], que tiene dos caños. Yo le indico". Cuando llegué, un rebaño de ovejas tenía tomada la fuente, e icluso una (imagen del día) estaba dentro del abrevadero. No podía salir porque aún no había sido esquilada y la lana, al empaparse, había doblado su peso. El pastor, un tipo simpatiquísimo con acento Muchachada Nui, logró sacarla al mismo tiempo que me hablaba de las excelencias de esa agua: "Nace allí arriba del pueblo, en un nacimiento que tiene de profundidad lo que usted mide". No me atreví a preguntarle si también se bañaban allí las ovejas: era la única que había en 30 kilómetros a la redonda, así que sin ascos; mañana quizás estallen mis tripas, pero al menos no habré muerto de sed. "A dónde va?", me preguntó el pastor. "Ah, Badajoz. Allí estuve una vez, en una boda, en Orellana. Tuvimos que pasar encima de un puente de 5 kilómetros. Se me hacía raro, uno no está acostumbrado a tanta agua por debajo".
Después, la carretera se convirtió en un infierno: llena de baches, de continuas subidas y bajadas, pasando por dehesas habitadas por reses y piaras. Todo ello bajo un calor tremendo. Llegué finalmente a Almadén tras 8 horas y 56 minutos de viaje real en bici, a una media de 18,7 km/h, y después de ver otro zorro, un cachorro, atropellado cerca de esta ciudad.
Estoy alojado en la Plaza de Toros, de más de 300 años. Es un hotel precioso que tiene un restaurante fantástico: hacen un salmorejo exquisito, amén de un estofado con arroz y un flan para chuparse los dedos. Y al módico precio de 10 euros el menú, que ya quisieran firmar algunos chefs de lujo. ¿Veis como otro mundo es diferente? En Ibiza nos timan.
Respuesta a otra de vuestras preguntas: no, el recorrido no está pensado para ponerme ciego a vinos. Que pase por Jumilla y Valdepeñas ha sido circunstancial. El vino no me gusta.



Sexto día: Almadén-Don Benito 
Otra etapa rompepiernas,como la de Almadén, aunque más suave. El responsable de la oficina de Turismo de Almadén se hacía cruces cuando le dije que había escogido ese trazado para llegar a su ciudad. Eran las estribaciones de Sierra Morena, de ahí la extrema dificultad. Por cierto: los fines de semana hay botellón en Almadén, muy molesto si quieres dormir.
Una corrección: cuando hace unos días hablaba del Hotel Central de Valdepeñas dije que era un establecimiento antiguo. Pues no: era un antiguo centro hospitalario de la ciudad. Me lo contó el recepcionista al irme y olvidé corregirlo ayer.
La etapa de hoy iba a ser, en principio, de 106 km. Hice 138 (en 7 horas, a una media de 19,6 km/h). La razón: me equivoqué en Zarza Capilla y cogí la carretera equivocada. No obstante, el camino elegido inicialmente no era aconsejable, como comprobé cuando luego me crucé con él. Era más propio de cabras 4x4. Tuve que pasar una recta (recta, recta) de 21 kilómetros, con un paisaje lunar a ambos lados.
Precisamente, en Zarza Capilla se produjo una de las dos imágenes del día. En esta zona hay muchas estaciones de servicio abandonadas. En la de esa localidad, de Elf, seis hombres departían a las 9 de la mañana en torno a una mesa roja de plástico bajo el techo de la gasolinera. Me miraron sorprendidos, y yo a ellos.

La otra imagen del día: cerca de Campanario (no me topé con Jesulín) hay unas formaciones rocosas muy curiosas, pizarras de forma triangular que emergen del suelo y cuyas paredes están tapizadas con musgo de color pistacho. Un rebaño se cobijaba en una de esas formaciones (la foto la pasaré en unos días).
Huelo a jara y a pastos agostados. La jara es una planta que embriaga con su dulce olor y sus bonitas flores (en primavera), pero no hay que dejarse engañar, es una cabrona. Tiene dos defectos. El primero, que sus hojas, al caer, acidifican el suelo, de manera que a su alrededor no dejan crecer nada más. La segunda, originan una secreción que facilita los incendios. El fuego arrasa las demás plantas, pero su semilla sobrevive, lo que le sirve para colonizar grandes extensiones. Es lo malo que tiene un buen perfume, que a veces nos hace perder los sentidos.
Mañana, etapa final con llegada en Badajoz. Espero no equivocarme esta vez.

Ruta en bici 1340958 - powered by Bikemap 


Séptimo y último día: Don Benito-Badajoz
Llegué. Baldado, dolorido, quemado por el sol, pero entero. O casi. El dolor al sentarme era hoy tan intenso que los últimos 40 kilómetros los he tenido que hacer de pie sobre los pedales, lo que me ha cargado la rodilla derecha. Han sido 125 kilómetros (en 6 horas y 27 minutos, a una media de 19,3 km/h) desde Don Benito, con kilómetos suplementaros después de equivocarme en Mérida, como era de esperar. Allí me encontré, en lo alto de una loma, con un ciclista de Astorga que estaba haciendo solo la ruta de la Plata. También salió el pasado lunes, pero aún le quedan tres días. Nos miramos con compasión, con compañerismo, con la comprensión de quien sabe que está hablando de chaladuras con otro chalado como él.
El campo olía hoy a tomate. Los están recogiendo a lo largo del vergel de la Vega del Guadiana. Las cunetas estaban llenas de tomatitos caídos de los tractores, lo que me oligaba a hacer eslalom. Con el calor abrasador, su aroma dulzón se intensifica.
La salida, a las seis de la mañana, con un fresquito curioso y mucho colgado en la carretera. A la llegada a Torremayor, mi fino olfato me dirigió a la Churrería España. Ya sé que no es el alimento más indicado para un ciclista, pero es que a mí las porras me pierden. Pocos kilómetos después, rodeado de tomates, había un depósito de agua donde las cigüeñas han construido una decena de nidos. Las cigüeñas son la imagen del día: decenas, diría que centenares, habitan esa zona, donde crean sus nidos sobre los postes eléctricos. Una sucesión de ellos (decenas) estaban copados por nidos (ya colgaré la curiosa imagen).
He de añadir otro zorro muerto a los vistos estos días.

Ruta en bici 1340963 - powered by Bikemap 

Estos son algunos datos de este viaje, para los amantes de las estadísticas:
-836 kilómetros recorridos.
-Un paquete de chicles Orbit white masticado.
-27 botellas de Isostar, Powerade o Gatorade.
-Tres paquetes de galletas Digestive de avena.
-Ningún pinchazo.
-No hizo falta engrasar la bici durante el viaje.
-4 zorros muertos vistos.
-Y dos cochinos jabalíes.
-Y un galápago.
-Más o menos 46 horas en equilibrio sobre la bici.
-12 ibuprofenos.
-8 diclofenacos.
-28 litros de agua.
A la pregunta de cómo volveré, ya me gustaría que fuera andando. Algún día. La bici vuelve pasado mañana por Seur.
Ahora se agolpan en mi cabeza las imágenes durante siete intensos días, todos los lugares recorridos, las personas conocidas, el dolor, el calor, el esfuerzo, el sudor, los olores (sobre todo el de la jara y los pastos de la Serena, pero también el de esta España de los establos, el aceite de oliva y las plazas de toros), la sed, el hambre, las lentejas de la Venta Bonanza, las noches con la constelación de Orión cubriéndome las espaldas, el rebufo de los camiones, la melodía de 'Sunday smile' cada vez que me mandabais un sms.
¿Ha merecido la pena? Me siento más vivo que nunca, y eso es lo que importa.
Y aunque me duele todo el cuerpo, estoy seguro de que mañana añoraré madrugar y pedalear.

Comentarios